Llegas a tu casa después de un pesado día de trabajo. Te quitas los zapatos, tiras tu maletín y te diriges al refrigerador. Mientras lo abres, te abruma pensar “¿qué voy a comer?” y cuando abres la puerta del refrigerador escuchas voces en tu cabeza que te gritan... ¡SORPRESA!
[Siempre que me paro enfrente del refrigerador abierto por más de 10 segundos, usualmente tomo malas decisiones de alimentación...]
Las opciones que tenemos para nuestras decisiones alimenticias diarias son sorprendentemente pobres a menos que tengamos cuidado, ESPECIALMENTE si estamos intentando perder peso.
Pero no te preocupes, no me voy a poner exótico y te voy a enviar a buscar en alguna tienda carísima de alimentos saludables una mora brasileña. Lo vamos a mantener simple y sencillo, así que presta atención.
#1: Corta El Almidón
Cuando la gente escucha almidón, de inmediato piensa en pasta y pan blanco y admitámoslo... eso es todo. Sin embargo, ¿Sabías que los almidones incluyen: arroz, papas, algunos vegetales, avenas y más por el estilo?
Lo que sorprende más a la gente es que todos los almidones mencionados anteriormente a menudo se consideran “alimentos saludables”.
Aunque pueden ser saludables, también te pueden hacer subir de peso rápidamente si no tienes cuidado. A continuación te presento un método sencillo para controlar tu ingesta de almidón:
A. Elimina completamente los almidones por 4-6 semanas.
B. Después añádelos lentamente unos cuantos días a la semana.
Es un sacrificio temporal que te ayudará a comprender cuánto almidón hay realmente en tu dieta y cómo controlarlo mejor de ahí en adelante.
#2: Evita Los Refrescos
¿Por qué los refrescos? Un estudio reciente reveló que la gente que bebía refresco de dieta de hecho incrementó más su grasa corporal que quienes solo bebían refrescos azucarados.
¿Qué? ¿Me lo puedes repetir?
Lo leíste bien la primera vez pero si quieres recibir el efecto completo, aquí lo tienes... ¡SORPRESA! Tu cuerpo no puede ser engañado por el aspartame y los químicos. Lo siento, pero es la verdad. No se me ocurre nada bueno que decir de los refrescos, pero te voy a contar una pequeña historia:
Hace unos días me topé con una amiga de la universidad que realmente se veía muy bien. Cuando le pregunté qué había hecho para deshacerse de los kilos que tenía de más (obviamente, lo hice con mucho tacto y discreción :)) me contestó que el cambio de alimentación más fácil que había hecho, había sido eliminar todos los refrescos: de dieta, bajos en calorías, todos en general.
El agua era su bebida de elección y si necesitaba agregarle sabor, le añadía limón o un poco de Stevia (un edulcorante vegetal). ¡Simple pero efectivo!
#3: Lo Crudo está bien en la noche
Consumir vegetales crudos con tu última comida del día o como bocadillo antes de irte a dormir realmente te ayudará a lograr tus metas de pérdida de peso. Uno de mis alimentos favoritos son los pimientos rojos porque son dulces; sin embargo, también me gusta la variedad. Las zanahorias, apio, brócoli, coliflor y los pepinos también forman parte de mi dieta.
Rápidamente aprenderás a disfrutar estos alimentos naturales, además la pérdida de grasa resultante será mucho mejor.
#4: Quédate Con Hambre Amigo Mío
Se necesita ser una persona especial para quedarse con hambre, especialmente en un mundo bombardeado por constantes comerciales de alimentos. Sin embargo, en algunas ocasiones este es un desafío al que debemos darnos a nosotros mismos.
Usualmente, cuando el cuerpo tiene mucho más peso del que necesita, se debe a que es “adicto” a comer más de lo que necesita, y la mejor manera de superarlo es desafiarte a quedarte con un poco de hambre de vez en cuando y reducir las calorías que sueles meter en tu cuerpo.
Créeme, sé que no es fácil pero una vez que domines el arte de comer con un nivel más bajo de calorías, vas a sobrecargar tus metas de pérdida de grasa. Además, quedarás convencido de que posees un súper poder de control mental sobre tus hábitos alimenticios.
¡Dale un impulso a tu autoconfianza Y pierde peso!
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